INÉS MORALEDA BARBERÁ

Nací en Barcelona, un domingo, justo a la hora de comer,
el 3 de septiembre de 1972.
¡Y no es exagerado decir que casi nací en un estudio de grabación!

Crecí entre cables y micros, y por eso fue tan espontáneo que, cuando a mi padre le encargaron una música para la publicidad de Dodot, yo, que correteaba por allí, intentara cantar con 5 añitos esa melodía tan conocida que nos ha acompañado tanto tiempo.

¡Así empecé a trabajar!

Canté muchos anuncios de publicidad, que componían mi padre y mi tío (en aquella época, casi todos los anuncios eran cantados) y pasé muchas tardes entre músicos y cantantes, para desespero de mi madre, que no conseguía ni acostarme temprano, ni evitar que tragara el humo del tabaco que en aquel entonces se fumaba impunemente donde fuera.

Compaginé la educación primaria en las Écoles Françaises Ferdinand de Lesseps, con el estudio de solfeo, piano y flauta travesera en el Conservatori Superior Municipal de Música de Barcelona.

Fui creciendo y seguí cantando jingles y haciendo locuciones … de Barbie, de Chabel (Chabel, Chabel, que bien!). Terminado el bachillerato, fui profesora de música y ayudante de producción de doblaje… hasta que un día, Walt Disney oyó en mi voz, la voz de Bella.

Vinieron unos años, los 90, de mucho doblaje de series de animaciones, de cantar bandas sonoras, de cruzar Barcelona de punta a punta en moto cada día. Gracias a que estuve unos meses como locutora freelance en Catalunya Ràdio, llegué a conocer la radio antes de la era digital.

Pero mi voz deseaba crecer, y en medio de toda esta actividad, cursé la carrera de Canto de la mano de Jorge Sirena, para terminar marchando a Glasgow a hacer un máster en Ópera.

Fue una etapa de mucho desarrollo como cantante lírica. En Austria y en Alemania aprendí el oficio… y aprendí alemán! Más adelante, regresé a Barcelona y a las grabaciones. Y conocí los teatros y auditorios de nuestra geografía.

Con el paso del tiempo, y gracias a mis hijos, empecé a interesarme por las terapias… comprobamos que los besos de mami curan mucho más si se acompañan de un poco de Reiki!

A lo largo de mi vida he ido descubriendo distintas técnicas terapéuticas que me han ido ayudando significativamente. Algunas técnicas de consciencia corporal, con las que he podido mejorar mucho la emisión de mi voz, y otras terapias sistémicas, que me han permitido abordar la complejidad del ser humano desde perspectivas más globales.

Hoy, además de en teatros y auditorios, también canto con todo mi corazón en las escuelas, en geriátricos, en celebraciones de cumpleaños de todas las edades… el brillo de esos ojitos admirados es una maravilla.

Realizo talleres que reúnen todos mis conocimientos respecto a la voz:
CANTAR PARA SANAR, en tres módulos especializados:
Conecta con tu Esencia, Técnica Vocal y Disfruta cantando.
Es un honor acompañar a más personas a soltar la voz y a brillar con toda su Luz.

Realizo talleres de doblaje en centros educativos, una experiencia única en muchos aspectos, pues alumnado y docentes están a la par, compartiendo micro y atril.

Cuando es necesario, también canto en ceremonias de despedida, en las que ni yo, ni mi voz, somos las protagonistas. Situaciones ni teatrales ni glamurosas, pero muy reales, cercanas y muy humanas.
Son momentos en los que la música cumple con creces su función de emocionar y acompañar.

Con el tiempo, me he ido formando en varias terapias y ha llegado el momento de ponerme al servicio de las demás personas, con todos los recursos que me han permitido ser quién y cómo soy hoy.